Lydia Rodriguez |
El trabajo de Lydia pudiéramos decir que parte desde la propia emoción de su alma, en un despliegue de sentimientos que se materializa en creaciones que van más allá de algunas normas académicas. Esta particularidad permite apreciar en cada pincelada suya la expresión verdadera del artista, la narración de cada una de las piezas realizadas de acuerdo a su propia visión personal de la naturaleza. Los elementos plásticos están tratados con una libertad absoluta del color, aunque de igual manera se ubican dentro de una tendencia figurativa.
El impulso con el que Lydia deja constancia de sus sueños e inquietudes encarna la verdadera libertad del artista: un Ávila rosado, unos personajes sin rostros que, sin embargo, se toman de las manos haciendo una ronda en la playa, tres figuras confusas bajo un paraguas y otras imágenes íntimas como un control remoto y una lámpara, símbolos acaso de soledad de la noche, pero que dejan ver la percepción que esta creadora tiene de la cotidianidad; considerando que todo son motivos para llevarlos al lienzo.
Esta artista que de manera inesperada nos lleva a transitar por su mundo de emociones, nos obliga a través de sus obras a mirar a nuestro alrededor y a darnos cuenta que para ella cualquier cosa es un motivo para pintar. Que sólo basta mirar y dejarse llevar por la inevitable razón de expresarse para dejar el alma en la tela y volver obras de arte cualquiera de las imágenes de nuestro entorno, y así como abarca los espacios del formato, nos conduce también a entender de manera personal su propia visión de la realidad. Plena de libertad y alegrías.
Francisco Maduro
Mención Honorífica Salón EDELCA
Primer Premio Salón Anual C.I.V
Mención Honorífica Salón EDELCA
Primer Premio Salón Anual C.I.V
Agosto de 2010
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