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viernes, 15 de enero de 2010

"EL VIAJE" (una advertencia a la Juventud) 2010

El viaje
Montaje:Simón Oliveira
Gracias a la investigación médica y farmacéutica, hay miles de drogas (fármacos) que ayudan a la gente. Los medicamentos pueden curar, retrasar o prevenir enfermedades, ayudándonos a llevar una vida más feliz y saludable.

Pero también existen muchas drogas ilegales y nocivas que algunas personas toman para que les ayuden a sentirse bien o divertirse.

Algunos jóvenes creen que las drogas les ayudarán a pensar mejor, a ser más populares, a mantenerse más activos o a ser mejores atletas. Otros simplemente sienten curiosidad y creen que probarlas no les hará daño. Otros quieren encajar en un grupo. Muchos jóvenes consumen drogas para ganarse la atención de sus padres o porque creen que las drogas les ayudarán a escapar de sus problemas. Pero la verdad es que las drogas no solucionan los problemas. Simplemente los ocultan. Cuando desaparecen los efectos de las drogas, estos permanecen (o empeoran). Las drogas pueden arruinar todos los aspectos de la vida de una persona.

… Y la peor mentira: Puedo salir cuando yo quiera.



“EL VIAJE”

Sentir su calor dentro de mi cuerpo,
ver como la llama se eleva desde mis entrañas
y se evapora en mi cerebro.

Tomar su gozo y hacerlo mío,
ver como revuelve todas mis etapas olvidadas.
Todas mis vidas vividas se enfrentan mil veces a mi muerte lenta.

A veces la tos me abruma,
me ahoga,
los pulmones se ensanchan buscando “las glorias”;
Y mis labios entrejuntos suplican, sollozan y se ríen de ellas.

Mis piernas tiemblan
como gemido a medio dormir,
siento latir mis venas
y veo como huyen dejando el corazón
huérfano de hemoglobina...

Trato de levantarme
y vuelo sobre mí.

¡Estoy afuera!,
soy alma, espíritu y pensamiento.
Desde mis alturas veo mi joven cuerpo ajado,
con un millón de cicatrices que lo inundan,
semejándose al árbol de dura corteza,
destrozado en plena calle.

¿Divago?
¡No!...
estoy en pleno apogeo de la inteligencia,
sé que cuando quiera salgo del túnel
como antorcha extinta alumbrando felicidad;
pero por ahora me inmerso
en la paz profunda del conocimiento;
me convierto en la Biblia,
el Popol Vuh, la Torah.

Soy la palabra divina,
represento al Rig Vedá, el Corán,
el Bhagavad Guitá.

Soy Dante, soy Cristo,
soy Dios hecho materia agonizante
viajando por los infiernos y los cielos,
me abrazo al Gautama
y llegamos al pueblo de Yavéh.

Y todos se unen a mí
para cantar los mantras y las aleluyas
con la sapiencia de todos los mundos posibles.

Y comienzo convertido en Adam…
y en Eva.
Soy a la vez,
el pecado original y el perdón de los pecados.

Y levitando me pregunto:
¿Soy yo eso que yace entre mis piernas?
Y algo como una serpiente se levanta,
como hablándome
con la voz de los hijos jamás tenidos.

Y al voltear,
reconozco mi cuerpo,
lo veo y casi ni me acuerdo,
lentamente ese caracol, esa libélula,
esa imagen mía corpórea,
levanta la mano izquierda
y con el dedo “medio”, me señala,
me llama,
me recuerdan que fuimos dos,
agua y aire, fuego y tierra.

Y entonces regresa cansada mi alma,
…por momentos,
duda,
quiere retroceder
y encontrarse nuevamente entre los ángeles,
pero mi cuerpo como imán
me atrae y me penetra con dolor…
y al fin acabo…
despierto.

Una modorra lenta se me aleja,
abro los ojos y pienso: ¿Soy Yo?...
¡NO!, soy una solitaria larva que se esconde
entre basuras y pocilgas,
que vuelve a una realidad que aborrezco…
a unos amigos que no los quiero,
a una familia que no extraño.

Voy a comenzar una vida nueva,
me levantare y buscaré algo de dinero
y tomare el rumbo que me devuelva
a las alturas.

Después de todo,
estoy seguro que cuando quiera
puedo alejarme de ella.

Soy dueño de lo que hago…
puedo dejarla…
puedo olvidarla…
puedo vivir sin ella…

…¡Chamo la tienes!,
gracias a dios, toma tu dinero,
¡Dámela!
...Y mi mano temblorosa la toma,
la hace suya, la besa…

Te necesito…

Simón Oliveira
01/2010

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