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martes, 3 de septiembre de 2013

Los colores de la Guacamaya

Obra realizada por el joven especial Anderson Coccio

Los colores de la Guacamaya
(Los siete colores)
Adaptación de una leyenda que figura en
“Cuentos del viejo Antonio”
Sub comandante Marcos


El viejo Antonio señala una guacamaya que cruza la tarde. “Mira- dice-, parece mentira tantos colores para un solo pájaro.

No era así la guacamaya. Puro gris era. Los dioses solían pelearse porque sólo dos colores se turnaban en el mundo: el uno era el negro que mandaba la noche, el otro era el blanco que caminaba de día, y el tercero no era un color, era el gris que pintaba las tardes y madrugadas para que no brincaban tan duro el negro y el blanco.

Y eran estos dioses peleones pero sabedores. Y en una reunión que se hicieron sacaron el acuerdo de hacer los colores más largos para que fuese alegre el caminar y el amar de los hombres y las mujeres.

Uno de los dioses agarró un caminar para pensar mejor su pensamiento y tanto pensaba su pensamiento que no miró su sangre y vio que era de otro color y fue corriendo donde estaban los demás dioses y les mostró el color nuevo y “colorado” le pusieron a ese color el tercero que hacía.

Después, otro de los dioses buscaba un color para pintar la esperanza. Lo encontró después de un buen rato y “verde” le pusieron a ese cuarto color.

Uno más rascó  la tierra, buscando el corazón de la tierra, lo encontró, y “café” le pusieron a es quinto color.

Otro dios dijo me voy pa’rriba para mirar de qué color es el mundo.
Subió y se quedó mirándolo tanto tiempo que  le pegó en los ojos el color del mundo. Luego trajo y dijo “En mis ojos traigo el color del mundo”, y azul le pusieron al sexto color.

 Otro dios estaba buscando colores cuando escucho un niño que reía; se acercó con cuidado y cuando se descuidó el niño, el dios le arrebató la risa y lo dejó llorando. El dios llevó la risa del niño y “amarillo” le pusieron a ese séptimo color.

Los dioses guardaron los colores diferentes y nuevos. Luego los dioses empezaron a esparcir los colores y el azul se quedó parte en el agua y parte en el cielo, y el verde le cayó a los árboles y las plantas, y el café que era más pesado, se cayó en la tierra, y el amarillo, que era una risa de niño, hasta pintar el sol, y el rojo llegó a la boca de los hombres.

Jugando con los colores los dioses salpicaron a los hombres y por eso hay hombres de distintos colores y de distintos pensamientos. Y entonces, para no olvidarse de los colores y no se fueran a perder buscaron el modo de guardarlos. Y se estaban pensando en su corazón cómo hacer cuando la vieran a la guacamaya y entonces la agarraron y le empezaron a poner encima todos los colores y le alargaron las plumas para que cupieran todos.

Y así fue cuando la guacamaya se agarró color y ahí lo anda paseando, por si a los hombres y mujeres se les olvida que muchos son los colores y los pensamientos y que el mundo será alegre si todos los colores y todos los pensamientos tienen su lugar.


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