S. Oliveira
José Gregorio Hernández Cisneros
(26 de octubre de 1864 - 29 de junio de 1919)
Nace en Isnotú, un pueblito del estado Trujillo, sus padres Benigno Hernández y Josefa Antonia Cisneros, ambos refugiados (él español y ella colombiana).
De este insigne hombre se habla mucho, casi siempre bajo los miramientos religiosos, olvidando su condición humana (con cualidades y defectos) y su poca mencionada carrera médica.
Aquí vamos a hacer referencia al extraordinario investigador, y docente.
A los catorce años se viene a Caracas, aquí se gradúa como Bachiller en Filosofía (Colegio Villegas) en 1884.
Quiso estudiar Derecho, pero ante la negativa de su progenitor se decide por la medicina la cual la asume con impresionante entusiasmo, llegando a poseer una gran cultura, hablaba inglés, alemán, francés, italiano, portugués, escribía el latín y además fue músico, filosofo con profundos conocimientos de teología.
Entre los maestro que, en eso primeros años de estudios, ayudaron a su solida formación científica podemos mencionar a Adolfo Ernst y Adolfo Frydensberg.
Se doctoró en Medicina en la Universidad Central de Venezuela el 29 de junio de 1888;
en 1889 el presidente Rojas Paúl, por falta de médicos especialmente dedicados a la experimentación, le da una beca para realizar estudios superiores en Francia; allí se especializa al estudiar teoría y práctica en las especialidades de microscopia, histología normal y patológica, bacteriología y fisiología experimental.
En París, José Gregorio estudió con los grandes maestros de ese tiempo, Charles Richet (premio Novel 1913), fue colaborador de Etienne Jules Marey, discípulo de Claude Bernard, Mathias Duval, Isidor Strauss, Emile Roux y Charles Chamberland.
Al regresar a su patria (1891), crea la cátedra de bacteriología, la primera de América.
Su trabajo fundamental fue en la docencia, “maestro insigne que supo ser inspiración y símbolo para legiones de discípulos que enaltecieron su memoria llevando sabiduría, decoro y honestidad a todos los rincones de Venezuela”; según su alumno Risquez "Era un sabio casi niño".
Fue el creador de la docencia científica y pedagógica, teniendo como base la experimentación y observación, él introdujo el microscopio a las aulas.
Llegó a ser miembro de la Academia de Medicina (junio 1904) cuando intenta retirarse le contesta el Dr. Razetti:"Señor Doctor José Gregorio Hernández: Honorable colega, considerada por esta Academia la renuncia de Miembro de ella que usted se ha servido enviarle con fecha 18 de los corrientes, tengo la honra de decirle que la Academia no la ha aceptado, porque considera que el cargo de Miembro de una Academia no es renunciable. Soy de usted seguro servidor y colega".
Fue Jefe del laboratorio del Hospital Vargas hasta su muerte, acaecida un día como hoy, en el año 1919.
Simón Oliveira
2010
(26 de octubre de 1864 - 29 de junio de 1919)
Nace en Isnotú, un pueblito del estado Trujillo, sus padres Benigno Hernández y Josefa Antonia Cisneros, ambos refugiados (él español y ella colombiana).
De este insigne hombre se habla mucho, casi siempre bajo los miramientos religiosos, olvidando su condición humana (con cualidades y defectos) y su poca mencionada carrera médica.
Aquí vamos a hacer referencia al extraordinario investigador, y docente.
A los catorce años se viene a Caracas, aquí se gradúa como Bachiller en Filosofía (Colegio Villegas) en 1884.
Quiso estudiar Derecho, pero ante la negativa de su progenitor se decide por la medicina la cual la asume con impresionante entusiasmo, llegando a poseer una gran cultura, hablaba inglés, alemán, francés, italiano, portugués, escribía el latín y además fue músico, filosofo con profundos conocimientos de teología.
Entre los maestro que, en eso primeros años de estudios, ayudaron a su solida formación científica podemos mencionar a Adolfo Ernst y Adolfo Frydensberg.
Se doctoró en Medicina en la Universidad Central de Venezuela el 29 de junio de 1888;
en 1889 el presidente Rojas Paúl, por falta de médicos especialmente dedicados a la experimentación, le da una beca para realizar estudios superiores en Francia; allí se especializa al estudiar teoría y práctica en las especialidades de microscopia, histología normal y patológica, bacteriología y fisiología experimental.
En París, José Gregorio estudió con los grandes maestros de ese tiempo, Charles Richet (premio Novel 1913), fue colaborador de Etienne Jules Marey, discípulo de Claude Bernard, Mathias Duval, Isidor Strauss, Emile Roux y Charles Chamberland.
Al regresar a su patria (1891), crea la cátedra de bacteriología, la primera de América.
Su trabajo fundamental fue en la docencia, “maestro insigne que supo ser inspiración y símbolo para legiones de discípulos que enaltecieron su memoria llevando sabiduría, decoro y honestidad a todos los rincones de Venezuela”; según su alumno Risquez "Era un sabio casi niño".
Fue el creador de la docencia científica y pedagógica, teniendo como base la experimentación y observación, él introdujo el microscopio a las aulas.
Llegó a ser miembro de la Academia de Medicina (junio 1904) cuando intenta retirarse le contesta el Dr. Razetti:"Señor Doctor José Gregorio Hernández: Honorable colega, considerada por esta Academia la renuncia de Miembro de ella que usted se ha servido enviarle con fecha 18 de los corrientes, tengo la honra de decirle que la Academia no la ha aceptado, porque considera que el cargo de Miembro de una Academia no es renunciable. Soy de usted seguro servidor y colega".
Fue Jefe del laboratorio del Hospital Vargas hasta su muerte, acaecida un día como hoy, en el año 1919.
Simón Oliveira
2010
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