Dibujo y cuento de la alumna: Graciela Busek |
“Un
lindo amigo para ti, que te cuidará y protegerá, y le puedes pedir lo que
quieras y desees de corazón, haciéndote verdaderamente feliz y cuando logres lo
deseado, dáselo a cualquier otro pequeño que lo necesite más que tu.”
Eso decía la nota que acompañaba
al pequeño oso de peluche, que recogí una mañana, cerca de un basurero.
Tendría 10 años y mi vida no
era nada agradable, vivía en la completa miseria, mi casa era de zinc y cartón, dormía en la
tierra y casi siempre salía a rebuscar
en la basura algo para poder alimentarme.
De vez en cuando llegaba mi
padrastro, borracho, con algún alimento, que casi siempre era pan.
Mi madre estaba tan
desesperada que no le importaba el maltrato que aquel drogadicto nos daba a
ambas…a cambio de unas migajas.
Un día hurgando la basura lo
encontré, a pesar de la mugre que lo rodeaba tenía sus cachetes limpios, sus
grandes ojos brillaban de alegría y su hermosa sonrisa parecía hablarme,
pidiéndome que lo rescatara de aquella suciedad.
Me lo lleve al rancho con
todo y su etiqueta, allí compartía el piso como almohada, era el custodio de mis
sueños, era mi confidente y sentí que por primera vez contaba con alguien que
me escuchara.
Las cosas comenzaron a
cambiar: mi padrastro murió a causa de una sobredosis, mi madre, por su
soledad, me llevó a una “casa hogar” y al mes de vivir allí fui adoptada por
una linda familia; con ellos he aprendido a conocer que es la felicidad, el
amor y la compañía…
Una tarde jurungando mis
cosas tropecé con el papelito que acompañaba a mi osito, él estaba sobre mi
mesa de noche, sentí su mirada penetrante y entendí su mensaje… al principio
lloré, pero su sonrisa me decía que había cumplido conmigo, que por favor lo
dejara libre para seguir con su tarea de llevar la felicidad a algún otro niño
que la necesitara.
… Este es mi osito, si
tienes una profunda tristeza, tómalo, hazlo tuyo, con él encontraras la
felicidad…Y cuando ya puedas caminar con alegría, haz lo que yo estoy haciendo…
entrégalo a otro niño que lo necesite.
Autora: Gabriela Busek